Los hongos o Setas son muy apreciados en la gastronomía, son nutritivos y confieren sabores y aromas suaves y gratos a las comidas. Se les atribuyen propiedades difíciles de igualar, por lo que constituyen una excelente opción alimenticia.
La forma más usual de cocinar los hongos es hacerlos salteados, asados. Son excelentes como guarnición para acompañar pescados, carnes, pastas, arroz, verduras y legumbres. Se pueden utilizar secos o en polvo, por lo que pueden agregarse como condimento, al final de los guisados y sopas.
Existe gran cantidad de especies de hongos o setas en el mundo, de las cuales solo un grupo reducido son comestibles. Algunas especies se colectan en estado silvestre, mientras otras se cultivan para ser industrializadas para el consumo humano.
Los hongos comestibles representan una fuente potencial de alimentación para el ser humano, son sabrosos y bajos en calorías, aproximadamente aportan 20 kcal/100 gr, dependiendo de la especie, por lo que resultan un alimento perfecto en las dietas bajas en calorías.
Los hongos tienen un bajo contenido de azúcares, son también bajos en sodio y poseen escasas cantidades de carbohidratos (4.4%) y grasas (0.3%). Por ser ricos en agua (90 %), tienen poca vida útil, son delicados y deben consumirse en corto tiempo después de su recolección, por lo que conviene comprarlos muy frescos y conservarlos en la nevera.
La composición nutricional de los hongos o setas comestibles varía de acuerdo a la especie, variedad, grado de madurez, floración, condiciones de crecimiento, forma de conservación y cocinado, entre otros.
Respecto a su valor nutricional, los hongos tienen cantidades significativas de nutrientes importantes para la dieta humana. Se caracterizan por su alto contenido de proteínas de alta calidad (2% – 4 %) según la especie, aunque algunas como la trufa pueden llegar al 7%.
Los hongos aportan vitamina C, D, provitamina A, niacina, ácido fólico, ácido pantoténico y vitaminas del complejo B (B2, B3). En cuanto a minerales, cabe destacar el aporte de selenio, calcio, magnesio, fósforo, calcio, yodo, potasio y zinc.
Además de alimento, los hongos poseen un gran potencial medicinal. Son estimulantes de la actividad cerebral y nerviosa y también eficaz contra la anemia y el colesterol, entre otros.
Incorporar hongos a tu dieta te permitirá disfrutar de sus magníficas propiedades y gozar de sus valiosos beneficios.